Es considerado como un fósil viviente y después de la explosión de Hiroshima un viejo árbol de gingko, situado a un kilómetro del epicentro de la explosión comenzó a brotar un año después. Rapidaménte la ciencia comenzó a estudiar las propiedades curativas y los japoneses lo bautizaron como el árbol de la esperanza.
Así, esta hojita de gingko simbolizan la superación y la esperanza. ¿Quieres llevarlo como colgante?
Aprovecho para recordar que este domingo nos ponemos en el Zoco del Parque María Luisa, va a estar entretenido con las celebraciones del centenario del Parque y hará un día estupendo con menos calor. Os esperamos¡
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